Turismo en Albacete Ciudad Siglo XXI

La ciudad de Albacete es el núcleo urbano con mayor número de habitantes de toda Castilla-La Mancha (supera los 170.000 habitantes) y una de las veinte aglomeraciones más pobladas del país. Está emplazada dentro de la provincia en la comarca de Los Llanos que llevan su mismo nombre. Esta ubicación, que constituye una de sus principales ventajas geográficas, le ha permitido relacionarse con las demás ciudades y regiones españolas, siendo nudo de comunicaciones tanto de la red ferroviaria, como a través de una moderna red de carreteras y además dispone de aeropuerto; ello ha contribuido en la disposición abierta y en el carácter acogedor de sus gentes.

Históricamente Albacete (Al -Basit como la denominaron los árabes) fue una villa, que inició su protagonismo autónomo en los últimos episodios del medievo. Conoció un importante crecimiento durante los siglo XV-XVI, y a comienzos del S.XVIII (1710) recibe el privilegio de organizar una feria anual.

En 1833, alcanzó la condición de capital provincial. En las primeras décadas del siglo pasado, disfrutó de un periodo de esplendor y con el impulso económico, pudo realizar importantes reformas urbanísticas, construir numerosos edificios y transformarse en una hermosa ciudad moderna, de amplias calles y cuidado aspecto urbano. El sector comercial y una incipiente industria tuvieron un gran desarrollo, haciendo de Albacete un lugar central de primer orden.

En la actualidad, Albacete se presenta como una ciudad cómoda, donde no hay distancias, y que goza de numerosas y cuidadas zonas verdes. Una ciudad que aspira a consolidar su posición en la red urbana regional y a mejorar su función como centro de servicios de primer orden. La ubicación del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha y del Campus Universitario dedicado a ciencias de la salud, enseñanzas técnicas, huma­nidades y ciencias sociales, responde a este propósito.

Dotada de un espléndido equipamiento comercial y un alto nivel cultural, ahora, como en otros tiempos pasados, la ciudad reclama la necesidad de volver a aprovechar las rentas de su excepcional situación. El lugar que ocupa, en el sistema nacional de comunicaciones, le permite mantener su vieja condición de encrucijada natural y humana, un cruce de caminos para acoger el encuentro de viajeros y de turistas de distinto lugares, ofreciéndoles entretenimiento y descanso, buen cobijo y mejor estar.

Para conocer la provincia no hay mayor acierto, que organizar la visita desde algunos de los cuidados alojamientos hoteleros, y desde aquí, dedicar una jornada para disfrutar de su gastronomía y recorrer la capital o la provincia.

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